martes, 23 de diciembre de 2008

Poemanía - Dossier


POEMANÍA
la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

DOSSIER:
“¿Qué requisitos debe contemplar un poema para ser considerado bueno?”

OPINAN:
CRISTINA BERBARI (1)
DAVID ANTONIO SORBILLE (2)


La necesidad imperiosa de escribir el poema

En otra ocasión me referí a la poesía como “esa misteriosa mezcla de relámpago y sudor” que se concreta en el poema.
Éste puede nacer de un fulgor intuitivo, de una incandescencia, y puede ser bueno, nacer bueno. Creo que una voz interior nos lo dice.
Pero generalmente surge deshilvanado, y entonces aparece esa necesidad de moldearlo, trabajarlo, darle forma como a la arcilla. Tampoco esto nos asegura el éxito o la certeza de que llegue a ser bueno.
Creo que entonces es el momento de acercarnos a los otros, a nuestros colegas y leerlo o hacerlo leer en diversos grupos.
Y aquí, por supuesto, entran a jugar varios factores: subjetividad, inclinaciones, diversas estéticas que aborda cada poeta.
El poema puede llegar a la percepción del otro o no, ya que encontraremos a quien canta loas al poema compuesto por bellas imágenes; o al que, junto con Valery, busca esa armoniosa oscilación entre sonido y sentido; o al que quiere que el poema sea pura sugestión. Encontraremos al poeta que busca el ideal en la forma: ritmo, rima, número de sílabas, o, por el contrario, el que se inclina hacia el verso libre sostenido por ese ritmo interior en el que la voz del poeta, mediante sus vibraciones, transmite su emoción, su sentimiento.
En un terreno tan inestable como lo es la poesía y a pesar de estas diversas tendencias algunos textos llegan a ser aceptados por una mayoría, mientras otros no.
Por eso aconsejo, a mi entender, escuchar el comentario de los demás, que incluso encontrarán en nuestro poema ciertas resonancias o connotaciones de las que no nos dimos cuenta o no habíamos tomado conciencia, es el otro el que nos va descubriendo.
Pero no descuidemos esa “voz interior” que surge ante nuestro texto cuando cumplimos con estos requisitos: ser fiel a sí mismo, expresar la verdad interior y por sobre todo, sentir la necesidad imperiosa de escribir el poema.

Cristina Berbari (1)


***

El lenguaje del alma, un puente de voces, o un estado de gracia…

A pesar de las reglas o modalidades de las diversas escuelas que han prevalecido en el mundo de la poesía, considero improbable enumerar requisitos para considerar la bondad de un poema.
No obstante, nos hemos sentido extasiados de admiración, cuando descubrimos la épica de Homero, el paradigma del Dante, o la genialidad de Shakespeare.
Y qué decir del fenómeno lírico que constituyó el siglo de oro español: Góngora, Lope de Vega, Quevedo, por nombrar algunos de esos grandes creadores que brindaron las huellas esenciales del esplendor de la lengua castellana.
Atentos a ese maravilloso lirismo, estábamos seguros en encontrar las características particulares de un buen poema, pero no habíamos agotado el asombro ni la búsqueda de nuevas respuestas.
El futuro determinaría otros conceptos y estructuras revolucionarias, en donde las voces múltiples demostraron ser tan diversas como complejas.
Entonces, el amor y la muerte, la ilusión y la desesperanza, la velocidad de las cosas, el paisaje, la soledad, el destino, los sueños y la sombra de lo imposible, nos dieron argumentos para ensayar otras interpretaciones.
La omnipresencia de Holderlin, Baudelaire, Rilke, Whitman, Rimbaud, Darío, García Lorca, Machado, Vallejo, Neruda, Borges, Gelman… son algunos ejemplos de grandes poetas que nos acercan a las cualidades que hacen óptimo a un poema.
También, de Eliot, entenderíamos la razón de incorporar a la poesía, el lenguaje de la calle, o coincidiríamos con Vicente Huidobro, en lo necesario de inventar mundos nuevos, o palpitaríamos con Olga Orozco, “al pulso del adiós debajo de la tierra”.
Sin duda, esos grandes maestros nos otorgaron la llave de un camino, por momentos venturoso y también insondable.
Sin embargo, seguimos estando en deuda con nosotros mismos, porque hay circunstancias y sensaciones que nos siguen desafiando.
De todos modos, podríamos señalar que la intimidad y el realismo, tienen similar valor que la protesta y el post lenguaje, para confirmar el sentido de un poema bien escrito.
Pero, la preocupación por hallar la definición mas apropiada, demandaría mejores intentos que los propuestos en esta leve indagación.
No obstante, pienso en Juan L. Ortiz, cuando se refería a la belleza ínclita del poema, así como Derek Walcott, utilizaba la memoria, pero convirtiéndola en nostalgia.
Y no me olvido, en este ensayo de nuestra propia búsqueda, del notable Roberto Juarroz, al privilegiar “la síntesis poética que no es síntesis intelectual, en donde confluyeran emoción, sensibilidad e inteligencia”.
La poesía, al fin y al cabo, es el arte de componer versos, más allá de los que sostenemos, que es el lenguaje del alma, un puente de voces, o un estado de gracia.
El poema, en todo caso, debe tener la forma de la sinceridad en que se expresa su autor, porque de lo contrario, sería traicionar su propio espíritu.
Pienso, entonces, como lo dijo mejor que nadie, ese extraordinario poeta que fue Raúl González Tuñón: “un poema es un poema y esta todo dicho”.

David Antonio Sorbille (2)



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(1): Nació en Buenos Aires (Argentina). Ha publicado los siguientes libros: “Penúltimo Portal” (Ediciones Carrá, Buenos Aires, 1983); “Los lagos y la tortura” (Generación dos mil, gente de arte, Buenos Aires, 1999); “Incandescencia” (plaqueta, 2001); “¡Oh, la Omega!” (Fijando Vértigos, Buenos Aires, 2004); “Doloras de la piedra negra y voces invitadas a perseguir nubes” (Generación dos mil, 2005); “La Señora Bovary a dos voces” (plaqueta, 2005). Desde marzo de 2000 dirige la revista Fijando Vértigos Poesía en sus dos entregas, gráfica y virtual.


(2): Nació en 1950, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Argentina), donde reside. Fue cronista literario del periódico El Pueblo, colaboró en el Diario de los Poetas y es asesor literario del programa radial "Nuestro Continente" en AM 870 Nacional y FM 98.7 “La Folklórica”. Obtuvo premios en varios concursos literarios. Publicó: “Las Huellas del Silencio” (poesías, 1999, Ed. 3+1), “Los senderos del alma” (poesías, 2001, Ed. 3+1), “Los muros herméticos y otros relatos” (cuentos, 2001, Ed. 3+1), “Eternamente” y “Ofrenda Lírica” (poemarios, 2002 y 2003, Ed. 3+1), “Señales de Vida” (ensayos, 2003, Ed. 3+1). Además, coparticipó en “Tríptico en Epsilon” (poesías, 1998, Ed. 3+1), “Tríptico en Kappa” (poesías, 2000, Ed. 3+1), “Tres para todos” (poesías y relatos, 2006, Ed. Martín) Integra la página web: http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com


POEMANIA / DOSSIER

1/ No hay requisitos ni fórmulas por Roxana Rajmilchuk
Solo hay tantos modos como poetas por Amilkar Feria Flores
La respuesta es sencilla, de una simpleza aterradora… por Oscar Wong
2/ Un buen poema por Pepe Junco
3/ Un buen poema y Nacimiento y avatares del poema por Aldo Novelli
4/ ¿Qué requisitos debe contemplar un poema… por Luis Benítez
5/ Si… por Rolando Revagliatti
6/ Hasta volver a nacer… por Elena Cabrejas
¿Qué es la poesía: cuando y por qué es buena o mala? por Alberto Jiménez Ure
7/ Memoria y tradición de la palabra por Andre Cruchaga
8/ Donde hay un poema hay alguien… por Hebe Solves
Una especie de paraíso … por Carlos Barbarito
9/ Lo bello o no bello del poema es indefinible… por Alberto Darío Valenzuela
10/ Una opción especial de relación con el mundo por Milagros Salvador
La sensación de que el poema trasciende la página… por Sebastián Olaso
11/ La necesidad imperiosa de escribir el poema por Cristina Berbari
El lenguaje del alma, un puente de voces, o un estado de gracia… por David Antonio Sorbille



Editor responsable:
Piero De Vicari

Se solicita difundir esta hoja literaria
de aparición virtual a quien desea recibirla
Se recepcionan comentarios y colaboraciones poéticas a:
http://ar.mc370.mail.yahoo.com/mc/compose?to=pierodevicari@hotmail.com

Para acceder a los números editados con anterioridad, ingresar a:
http://www.poemaniainventario.blogspot.com/

La clave


La clave por María Paula Mones Ruiz (Vinciguerra, Buenos Aires, 2008)

Desde la solapa del libro nos habla María Paula: “Nací un 3 de abril de 1955. Dije en mi primer poemario “¡Piedra, papel o poema!” algunos me llaman poeta pero en realidad Paula soy... Siento que la poesía me visita sorpresivamente y esa es la razón por la que su aparición es un regalo que toma la forma de poema y desenvuelve el alma”... Mis primeras publicaciones han sido a través de revista literarias e integración de antologías por selección... Calle Blanca es mi segundo poemario editado en El Bolsón, 2006. Actualmente estoy trabajando en un libro de poemas sociales, cuentos y relatos y otro de poemas en general. Ambos con bautismo a confirmar.
La clave es mi primera nouvelle, mi tercer libro, que ya acunan tus manos...

SÍLABAS SAGRADAS

¡Si con tocar en mi vientre,
el nudo de sus abrazos, el sello de mi origen,
mágicamente yo lograra... retroactivamente y hasta el fin,
yo lograra...
multiplicar, como los panes,
los momentos felices,
convertir sus días nublados
en mantos de soles y caricias.
en carcajadas de estrellas, sus tormentas,
o en arco iris de besos sus sabores grises!
¡Si con sólo ese contacto, como los superhéroes en los dibujos animados
hoy yo volviera a caminar
tomada de sus manos otoñadas,
pero sembradoras incansables
del trigo primordial para la vida:
¡ser amado!
Celebra y aplaude mi corazón taquicárdico, este deseo
desnudo de soberbia y artificios fantásticos...
Y es que por nombrarlos “se ha entibiado el aire”...
(como dije aquella vez al convertir
mi oxígeno feliz en un poema
para el soñado hijo de mi sangre)
Hoy se repite esa tibieza y articulo, vulnerable.
esas dos sílabas sagradas...
Toco mi origen y mi ombligo ríe,
mi boca adulta de niñez los nombra...
Y tiene la pureza húmeda de esas primeras palabras,
en aquella vocecita blanca como eco de burbujas.
Este legado del alma, este pan-poema a mis padres
ha levado y se ha elevado al calor del Verbo azul
Dios... Padre... Vida...
¡Gracias...!
¡Gracias por premiarme honrándolos!
¡Gracias por dármelos y darme,
otra vez a luz!
_____

Este libro es una bella autobiografía...
Este libro es una ferviente manifestación de amor.
Rosa María Sobrón

La clave: Clave de amor, única que puede descifrar el ascenso espiritual de un corazón esencialmente lírico, que apenas toca la tierra como punto de apoyo para su elevación...
La clave: ¿Autobiografía? ¿Novela? ¿Poesía? ¿Prosa poética? ¿”Nivola” unamunesca? María Paula Mones Ruiz se lo pregunta y nos lo pregunta, mientras devana la madeja de los recuerdos, en pinceladas de vida verdaderamente vivida en plenitud.
Dra. Gloria O. Justa Martínez

lunes, 15 de diciembre de 2008

Repertorio de sombras



REPERTORIO DE SOMBRAS por Jorge Cambiaso (Vinciguerra colección metáfora, Buenos Aires, 2008, 84 páginas)

Jorge Cambiaso nació en 1933. Ha publicado: Casa Natal (1999); Celebración de los bosques y nada más que la vida (2001); De ausencias y fantasmas (2002); La casa de los mil amores (2002) Avatares (2006) y Repertorio de sombras (2008). Integra la Summa Poética de Editorial Vinciguerra MMIII con una selección de este último libro.
Obtuvo numerosos premios. Fue invitado a participar de la “V Feria del Libro en Español”, organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, en mayo de 2003.

CÓDIGOS DE PENUMBRA
A Julián

La foto
menudita felicidad
asoma
su polvo de cielos.

Rituales de cada vez cada día
me retornan
al diminuto domicilio de sus ternuras
a los distantes presagios de Luz
cada día cada vez.

Incierto refugio
me llama
abuelo de la sombra
su anochecida sonrisa
me llama.

Sobrevive apagados fulgores
huye a la miserable paz de los Olvidos
caen
sus abismos a mis pies.

La foto
menudita distante
remota remotísima Felicidad.

_____

TRIZAS
-llueve como si nunca-

Callados puñales
indagan resonancias
de enternecidas quietudes.

Acá la Solitaria extravió su sombra,
incrédula la busca.

Allá la confundida
persigue con un guiño.

En la ribera de los prodigios
tercos sonidos anuncian
atribuladas presencias;

de este lado
huesos de pena arden su infierno.

El continuo susurro de los remotos
devora con su balbuceo
figuras de muda nieve,
el desvelo de tres tristes tigres.

Ansioso letargo
devuelve el mundo de los ciegos
la sutil añoranza de la lluvia

que cae
y cae
-como si nunca-

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sábado, 13 de diciembre de 2008

Revista Tamaño Oficio


Tamaño Oficio Revista de Literatura
Año 23, Nº 32, Buenos Aires, octubre de 2008

Dibujo de tapa: “Hombre plantando”, birome, por Romualdo De Lillo

Dirigida por Lucila Févola, este número contiene
Poemas de Lina Caffarello, Julio Aranda, Ema Granata, Lila Pérez Ferretti, Haidé Daiban, Elena Cohen Imach, Florencia Durán, Jorge Montesano, Sonia Sívori, Juan Pablo Salinas y Osvaldo Spoltore.
Cuentos por Norma Vitar y Alberto Girri.
Ensayos por Luis Juan Guerrero, Carmelo M. Bonet, José Bravo, José Miguel Heredia y Lucila Févola.
Reseña de Libros y Libros y Revistas recibidos.
Este número fue presentado en la Biblioteca Nacional, Sala Juan L. Ortiz. En la ocasión hizo uso de la palabra la poeta Michou Pourtalé. Tamaño Oficio acaba de recibir un Reconocimiento por su trayectoria otorgado por APOA Asociación de Poetas Argentinos.

EL PRECURSOR* por Alberto Girri

A algunos les bastó luchar una noche entera con una potencia invisible para que al nacer el nuevo día se hiciera presente el enviado del Señor. Yo espero aquí desde hace diez meses, y ahora, los esenios que me acompañaron en el ayuno y el desierto, partieron en busca de noticias. Temían por mi vida a pesar de que entraban y salían sin dificultades de esta celda; a pesar de nuestras disolventes conversaciones, en las que también participaban los soldados de la guardia. Insistían en que debo fugarme, en que las aparentes franquicias de que gozo, son ocasiones que pérfidamente me brinda el tetrarca. Hago, pues, lo que debo hacer. Huir sería confirmar y aprobar la secreta servidumbre a una libertad aparente, la tentación común. Sería buscar una libertad alejada de mis propósitos pues, en definitiva, yo soy mi único adversario. Estoy y seguiré solo, y solo dejaré que lo previsto se me acerque. El rectángulo de piedra húmeda, el jergón, la escasa luz que llega desde el patio grande, no son más mortales que el desierto caliente bordeando las aguas del sagrado mar; que las colinas duras y violáceas rodeando el desierto. Entretanto, que sigan circulando los rumores más dispares, que digan que he caído asesinado por los sacerdotes del templo descontentos porque la guerra que anuncié no es la guerra de la espada y el degüello, sino otra bien distinta. Pueden seguir gritando que el tetrarca me tiene secuestrado para evitar disturbios, que todo lo que hablé en las plazas y en las orillas de los arroyos, es más mistificación que las brujerías que hacen los eremitas vestidos de blanco, con sus inmundicias. Soy el que después de muchas semanas de años, vino a reclamar, no el sacrificio de gordos bueyes, sino la buena conducta. Actué, me glorio de ello, con verdadero celo, como un ángel, como un nazir de Dios. Nadie denunció mejor que yo lo que esconde el corazón de los hombres. Nadie, ni siquiera aquél que se mostró desnudo para que el pueblo sepa cómo estará, a qué se verá reducido el día de la cólera. Ni aún aquél que en ocho visiones previó la muerte de los imperios orgullosos. De lo contrario, nada me hubiera valido abrazar lo justo, dejarme llenar de fuego. Cuando me sumergía hasta las rodillas en el limo pegajoso y rociaba la frente de los que me seguían, deseaba que todos fueran como yo mismo, y supiera cada cual que es juzgado según sus propias acciones. Además, eso de que puede buscarse a Dios de cualquier manera, es un engaño fomentado por el Enemigo para confundirnos. Deben seguirse ejemplos como el mío, no estarse cómodamente en el lecho, y luego, de cuando en cuando, largar al desierto un chivo cargado con todos los pecados y respirar tranquilo.
Estoy bien dotado, impresiona mi voz de trueno, los huesos puntiagudos y ardientes, mi carne seca, la piel de camello que me cubre, la salvaje miel que me alimenta, las salvajes langostas en sus cuatro variedades (la langosta según su especie y el langostín según su especie) que me alimentan. Así o con parecidas voces, lo contará el libro de las cosas sagradas.

Realmente no estoy mal. Deseo, espero con impaciencia saber cuál será la sentencia del tetrarca. Algo desorientado y deprimido, sí me siento, y tengo dudas sobre mis previsiones. ¿Será Aquél a quien debí anunciar? ¿Será el anunciado una falsa encarnación, en el cuerpo q ue obliga al hambre, a la ser, a la traición? ¿Tendrá la doble naturaleza, humana y divina? Me detengo, no permitiré que mi voluntad flaquee. El tetrarca aún no se atreverá contra mí. Ese pillo de barba rizada y pelo azul, me teme demasiado. No conoce la bondad y la justicia, pero no es violento porque intuye que las torturas me harían olvidar que la tentación busca y golpea mi alma. Un poco más y estaré perdido. Un poco más y aceptaré íntimamente los vestidos rojos y brillantes, la untada piel de la mujer del tetrarca. La he visto rondar, y para defenderme grité sus abominaciones. A él, porque conociendo la mujer de su hermano, conoció la desnudez de su hermano y está escrito que eso es suciedad. A ella porque desde su cama manchada de incesto y malicia, ha emputecido el aire de esta tierra. ¡Ay! ¡Ay! cuando el sol que baña la fortaleza se retira, empiezan a moverse las sombras de mi celda y ella aparece en los verdosos muros con el perfil de Jezabel. Entonces estoy inmóvil, acostado, esgrimo el nombre de Dios y después, avanzada la noche, siento menos que me recorren y quieren despojarme de la piel de camello. Cuando el sudor y la debilidad dejan que me incorpore, reconozco en la vasta oscuridad vasijas con bebidas excitantes, toco alimentos muy condimentados. Es ella, ella los ha hecho llegar a la celda, ella, la de miembros prostituidos que los perros disputarán.

Hoy, fugazmente, vi un rostro ávido apoyado en los barrotes de la ventana. No pude detener el vértigo que me invadió, ni el llanto violento blasfemo, que de pronto quería abolir mi destino para confundirme en esa loba. ¡Oh Dios cruel! ¿Hasta cuando esperaré noticias de tu hijo! ¡Hasta cuándo este abandono, indigno también de las máquinas que torturan y rompen la carne! ¡Hasta cuándo vivir con el solo consuelo de esperar!
Ahora he callado el nombre de Dios, creo dormir, tengo insomnio, duermo. En el patio hay una gran animación, ambulan los esclavos cargados de reses muertas y doradas vajillas. Algo veo de esos desdichados y los altos estandartes y los escudos, y oigo las voces romanas que festejarán el cumpleaños del tetrarca. Coronados de flores, los enviados del lejano emperador serán testigos de lo que siento venir, entretenidos por la música del crótalo. Cierro los ojos. Acaso ya los sueños advirtieron al tetrarca que alguien muy importante va a morir. Acaso ya están admirando el rostro pintarrajeado de la adúltera, sus ajorcas contaminadas. Acaso ya su hija baila la danza beduina que enloquece el deseo del tetrarca. Una mezcla de ira y pavor me hace temblar. Para que Él crezca yo debo disminuir, y es el momento de pelear en el vacío hasta que la puerta de la celda se abra y un hombre indeciso reclame para su hacha mi cabeza, y por vez primera sienta la condenación de su oficio. Quisiera hacerle saber que yo mismo acercaré el hacha a mi cuello y, agradecido, la besaré.
Cubiertos de polvo, con una desconocida alegría en sus rostros extenuados, llegaron los esenios. Un hombre abandonaba la celda. Sus vestidos estaban salpicados de sangre y su mano derecha sostenía la cabeza del ajusticiado. Reconoció a los que llegaban y les dijo: “Aquí está vuestro amado profeta, el muerto anunciado para hoy”. Los esenios se arrodillaron ante la cabeza y en voz muy baja le contaron cómo Aquél resucitaba los muertos, hacía caminar inválidos, purificaba la piel de los leprosos.
Bañados en lágrimas, se cerraron entonces los párpados de Juan el Bautista.

*Incluido en “Misántropos”, Ediciones Botella al Mar, Buenos Aires, 1953, con tapa e ilustraciones de Luis Seoane.

Correo electrónico: t_oficio@hotmail.com

Rosas en vuelo


Rosas en vuelo / Roses en vol de Cristina Berbari

Traducción al catalán por Pere Bessó

Edición bilingüe
poesía, generación dos mil gente de arte, Buenos Aires, 2007


Desnombrar para desnombrarse. Así comienza Cristina Berbari a desenrollar la madeja de los condicionamientos, para intentar liberarse de tan pesada carga de siglos, aunque la poesía —siempre a su antojo— se encargará de restituir los hechos: No sé dónde me he dejado olvidada, // pero una luz de comienzo del mundo / pacientemente / rehace mis contornos.
Poesía del renacer continuo, Rosas que no tienen pasado. Rosas que no mueren. Siempre en vuelo de un océano a otro. Rosas como símbolo de efímera belleza que, como la palabra poética, sólo puede ser aprehendida en la fugacidad que representa el vuelo. Es decir, poco o nada para nuestras enormes pretensiones de comprenderlo todo. ¿Somos el vuelo? ¿Somos parte del aire? ¿Somos el aire y “algo” nos empuja al vuelo?
El desconocimiento dará paso a la otredad, porque los opuestos se complementan para mostrar, así, el extrañamiento que recorre el espíritu de la obra: Te derramas en otra, / en otra me rehaces / y soy yo misma / y soy una sola en el relámpago.
Pero esta unidad a la que apela la poeta contiene también la propia ambigüedad que, en la suma de dichos opuestos, busca integrarse para crear conciencia.
Como en un péndulo vital, la palabra se hamaca en un vaivén de voces, comprometida con su entorno y con su carga de humildad, que hacen que la poeta escriba versos como estos: Cuidarme debo / de mi oscura mitad // una mano borra / cuanto dice la otra // frágil / mi mano siniestra / tiembla. Y en otro poema agrega: A medianoche / las mitades se reúnen.
En esta búsqueda —ya contenedora de su encuentro— la poesía de Cristina Berbari hallará su punto máximo en los últimos poemas del libro, sobre todo en aquel titulado “Astros en la paradoja”, del cual transcribo sus versos finales: ...maravillas del suplicio / tantálico movimiento // las partículas se imantan / ¿sol negro? / ¿noche incandescente? // deslumbrante / unión de los opuestos.
Esta edición bilingüe de “Rosas en vuelo” fue traducida al catalán por el escritor valenciano Pere Bessó, Licenciado en Filología Moderna y Catedrático en Lengua y Literatura Española en IB de Mislata.
Dejo para el final un pensamiento suyo que integra el prólogo y es una apropiada síntesis de este poemario:”...no hay derroche en vuestros poemas, ni lágrimas hueras, hay sí, clímax, indagación, búsqueda, aunque se presiente que ya sabéis dónde está la respuesta. Lo sabían también los buceadores de lo inefable”.

Julio Aranda

(Reseña en Tamaño Oficio Revista de Literatura, Bs. As., octubre de 2008, Año 23, Nº 32, página 18)

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ASTROS EN LA PARADOJA

Como Sol
brilla el amado
con luz propia

ella, la que ama,
luna en sombra

los extremos se atraen

se rechazan

se atraen se tocan

maravillas del suplicio:
tantálico movimiento

las partículas se imantan
¿sol negro?
¿noche incandescente?

Deslumbrante
unión de los opuestos.

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ASTRES EN LA PARADOXA

Com Sol
brilla l'amat
amb llum pròpia

ella, la que ama,
lluna en ombra

els extrems s'atrauen

es rebutgen

s'atrauen es toquen

maravelles del suplici:
moviment tantálic

les particules s'imanten
¿sol negre?
¿nit incandescent?

Enlluernadora
unió dels oposats.


(Traducido al catalán por Pere Bessó)
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ASTROS EM PARADOXO

Como sol
brilha o amado
com luz própria

ela, a que ama
lua na sombra

os extremos se atraem

se repelem

se atraem... se tocam

maravilha do suplício
tantálico movimento

as partículas se imantam
sol negro?
noite incandescente?

Deslumbrante
união de opostos.

(Traducido al portugués por Carlos Machado)

viernes, 12 de diciembre de 2008

Espiral concéntrico


ESPIRAL CONCÉNTRICO de Josefina Fidalgo ( Ediciones Literarte, Munro, 2008, 100 páginas)


Palabras del poeta Santiago Espel al presentar el primer poemario de la autora.


¿Adónde va este espiral concéntrico?
¿Cuál es su dibujo?
El dibujo es la metáfora, y el destino es un “jardín de senderos que se bifurcan” interminablemente. Los poemas del libro de Josefina Fidalgo, a través de la voz narradora, eligen distintos caminos. Uno de los más reiterados, y acaso fundacionales, es el del regreso a la Aldea, que es origen y cimiento a la vez. Desde ese desarraigo, desde esa nostalgia, se encadenan las metáforas de ese espiral que regresa al pasado pero que también avanza hacia un futuro lleno de anhelos.
La metáfora y el símbolo son las herramientas que elige la autora para darle voz a un libro que desde el vamos, sienta sus reales en el poder de la imagen y en una primera persona que rechaza toda impostación. “Espiral Concéntrico”, aparece como un libro sincero, descarnado. No hay lugar para el lirismo edulcorado. Los poemas son como las piedras de esa Aldea Ibérica lejana y desdibujada.
Otro camino posible de lectura es el erotismo. El símbolo y la metáfora son los elegidos para hablar de las pulseadas entre Eros y Tánatos. Y allí donde se insinúa un camino, o mejor dicho, un destino, una nueva torsión de la palabra nos desvía hacia un nuevo centro. En este sentido el libro de Josefina Fidalgo se muestra como un caleidoscopio lleno de luces y sombras que se van transformando según la rotación de la lectura. Sin embargo el eje se mantiene incólume por encima de los matices.
Hay poemas que tocan el diapasón de lo sensible; hay otros que confrontan con la realidad, con sus aspectos más degradados y degradantes. Otros poemas indagan en el profundo pozo que todo poeta agota en su búsqueda: el de las preguntas que no tienen respuesta.
¿Adónde va entonces este espiral concéntrico?
¿Cuál es su dibujo? ¿Llegará a puerto?
Todo libro busca su lector, se completa mediante esa lectura. Así también busca el libro de Josefina, corriendo velos, encendiendo lumbres, alzando la voz a veces, susurrando otras. Seguramente, “Espiral Concéntrico” dará vueltas en las manos del lector, girarán en su memoria, para dejar una huella íntima de fuego y agua, de aire y tierra. Seguramente, quien se aventure en su recorrido saldrá transformado por el milagro de la poesía.

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NOSTALGIA

Qué pequeña mi aldea
entre montañas y ríos.
Agreste vago y solitario encanto
de una arboleda fresca y frondos.
Altos nogales y tilos
grandes castaños y moreras.
Qué sola quedó mi aldea
con sus casuchas vacías.
La escuela con sus silencios
la iglesia sin sus campanas.
Qué soledad en el pueblo
los senderos se han borrado
ya nadie pasa por ellos.
Algún gorrión pasajero
se baña en el río de enero
mientras las fuentes murmuran
tantos amores viejos.

El agua sigue corriendo
sin detenerse en el tiempo
y salpica alguna lágrima
de un emigrante viajero.

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NOCHE CERRADA

Bebe un café negro y pesado como un coágulo
en el bar de la esquina.

Las notas lentas del piano suenan como bostezos en el vacío.
Un pasillo y diez peldaños estrechos
la separan de un vitral de insomnios.
Hermana de silencios y de luna
bajo un farol callejero
noche a noche llega se aleja y vuelve.
En la espesura de sus horas desiertas
conversa con fantasmas
custodiada por ángeles y ortigas verdes.

Una vozs de cascada oculta y su osamenta
abre la puerta al tatuaje de su historia.

Filtra un dardo de luz
donse se agitan
las partículas del aire viciado.

Como si viviese dando tumbos
el lado oscuro de la luna
se retrae como un felino
ante el roce de cualquier sombra extraña.


Vuelve otra vez siempre vuelve.

Resuena en el empedrado nocturno
el taconeo de sus zapatos gastados.

Una noche más un vacío menos.

¿A qué altura empieza el cielo
con el cristal azul de la canción?


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jueves, 27 de noviembre de 2008

Reconocimiento a Amelia Lapeyrière

La Delegación Alte. Brown de SADE Surbonaerense
tiene el agrado de invitar a Ud. y familia a participar
del reconocimiento a la trayectoria literaria de la socia señora:

Amelia Lapeyrière

Se referirán a la autora y a su obra:
Alcira Doro Maddonni, Horacio Bermúdez y Romualdo de Lillo
Se llevará a cabo el viernes 28 de noviembre a las 18.30 hs.
en el Salón Azul de la Casa de la Cultura, Esteban Adrogué 1224, Adrogué.
Coordina: Pilar Mateos

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Poemas de Amelia Lapeyrière

RACIONES

En el santuario de una voz
alguien
quiere hacerla
perdurar
como si eso
pudiera lograrse
por decreto.

Pero asoma en otra parte
otro alguien
persiguiendo su ración.


Y siempre hay alguien
que condiciona
el fiel
de la balanza...
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EN LA MITAD DEL VUELO

El tiempo tuyo
- el mío y el de tantos -
ya no será de otro.
En la mitad del vuelo
retorna hacia la noche,
que es día y es vacío
e imposible,
oscuridad perfecta
o luz inútil.

Tu voz
- la mía, la de tantos -
no alcanzará el umbral
que nos separa;
callará de pronto
o será un borrarse
lentamente,
como si nunca,
como si no
hubiera sido.

Porque todo sucede
y la muerte es parte de ese todo.
Con ojos avizores,
enceguecidos por el humo,
lo tuyo
- lo mío, lo de tantos -
serán intentos, sólo intentos,
de pensarnos
para siempre, vivos...

lunes, 17 de noviembre de 2008

De blanco a luciérnaga


De blanco a luciérnaga por Norma Fumero, poemas (Ediciones Alhucema, Buenos Aires, 2007, 64 pág.)



todas las cosas son lo que son
y también su opuesto

inevitables caras de una misma estrella
cielo y tierra se unen en el horizonte
dond4e nace y cae el sol

luna doradas
cercos danzando
ojos en puntas de pie
espían el paraíso

de este lado el fuego
o más bien nada

mi otredad roza el fondo
busca a contraluz
el rostro velado de la pena
_____


metáforas de sol
meciéndose en lo alto

las sedas velan develan
tenue pasaje de rama
arco iris
que atesoran las ventanas

la tormenta enciende
umbrales desnudos

un puente es un milagro
una fabulación roja

______
Sugerente título el de este libro de Norma Fumero, dado que ya nos está indicando el hilo conductor por el que transitarán los treinta y un poemas que se aúnan a lo largo de las cinco partes que lo componen, poemas en los que se despliega un interesante caudal de percepciones cromáticas, aromáticas y sonoras... Su poesía no se rige por formulismos convencionales, sino que se personifica transgrediendo esquemas limitados para expresarse a través de estructuras asombrosas y diversas, estrechamente ligadas con lo que cada poema manifiesta en sí mismo, como si expusieran una conciencia propia.
... Búsqueda, otredad, ataduras, van confluyendo en el desarrollo de una sucesión de poemas que sugieren una impronta de ensimismamiento a punto de materializarse: en la casa / la cena está partida / hay algo irreparable en el jabón / tendido al sol sin ropa. Y donde, como en un acto experiencial, las palabras construyen
cárceles / en el árbol a medio morir de cada noche. O el despojamiento: quiero la tierra lavada / sin árboles o flores / ni aun la hierba.
No obstante, en la quinta y última sección del libro, la autora admite que: un puente es un milagro / una fabulación roja. Y más adelante agrega: que llevan y traen / sin detenerse jamás. Pero la búsqueda instala su permanencia: de regreso / fotos tendidas hilándose / de blanco a luciérnaga.
Se trata, entonces, de poemas escritos desde una realidad que, a modo de entidad disgregada —fuego, luna, flor, aire, color, etc.—, validan con holgura la instancia poética, y, ya sobre el cierre del libro, conjugan su causalidad: llueve la luna una poseída lucidez / lila entre rejas navega y canta / canto de astillas / ligeramente
azahar.

Lina Caffarello
(extractado del comentario aparecido en "Tamaño oficio Revista de literatura", Año 23, Nº 32, octubre de 2008, Buenos Aire, pág 20)
_____

Norma Fumero publicó: “Cerrado por locura” (1991; A diástole (1998), “Páramo y tormenta: allí una rosa trasluce” (2002) y “de blanco a luciérnaga (2007). Es Editora.
alhucemaediciones@yahoo.com.ar

sábado, 15 de noviembre de 2008

Borrador de eternidad


BORRADOR DE ETERNIDAD de Adriana Maggio (Ed. La Palabra Mágica, Buenos Aires, 2007, 88 pág.)




El formato de este libro es simétrico. Hay una notable diferencia entre el principio y el fin, o sea entre Borrador de Eternidad I y II: es decir, de la afirmación o de la enunciación, cito: Evidencias de las sombras, después de doce horas, concluye con una indagación: ¿Evidencias?
Y se suceden las horas en las que el ejercicio de autoconocimiento se va desgranando verso por verso.
¿Quién es la mujer que espera? ¿La que tiene la llave? ¿Qué significa ser mujer?
En 3º. Hora dice: Siempre abortando en el camino/ algún sueño,/para que nazca otro. Esa búsqueda se presenta a lo largo del poemario con vocabulario vibrante, tierno y descarnado al mismo tiempo.
La poeta busca a la mujer que escribe porque las palabras se le imponen y le marcan un camino a recorrer. Mi destino soy yo,/aun desconocida, admite.
La niñez, la adultez, el amor, el deseo, la maternidad, la soledad, la felicidad inalcanzable, el dolor en forma de colmillos en el alma, el crepúsculo van trazando surcos en la vida de la mujer que se sigue buscando porque no ha hallado lo que presiente, lo que aún no ha vivido, lo que ignora si alguna vez vivirá.
Este borrador de una vida se va expandiendo en versos de gran intensidad lírica: La nube va a morir/ en un intento/ exitoso/ de lluvia. En el poema Despedida, dice: Siendo octubre, adónde vas/ tan sin jazmines el alma/ -Remo hacia la noche,/ que con pezones amargos/ me amamanta.
En Metamorfosis, dice, en una escalera gráfica de versos: ...subo/ peldaño/ a peldaño. Manifiesta, así, el esfuerzo de cada instante por hacerse, por conocerse, mujer que transita intensamente todos los momentos de la vida, que anhela ser feliz, pero que no rehuye la infelicidad.
Todo el poemario se desliza en un único sentido: mirar hacia atrás y mirar el presente con un interrogante puesto en el futuro. En Añicos, dice: No soy más que p No soy más que edazos/ imposibles de juntar./ Esta herida/ de padres y de hijos/ no la cura el amor.
Este libro de Adriana Maggio es una obra de aprendizaje (¿qué es si no la poesía?). Lo recorrido y lo aún por recorrer se juntan para seguir indagando en sí misma, en su inagotable sed donde vida y palabra son lo mismo. En el poema Literatura, dice: Mariposa en armas./ Peligrosa flor/ que vive a dentelladas.
Los colmillos afilados del mundo están siempre acechando a la humanidad, por eso su verso es rugido, voz que no tiembla para denunciar los horrores del cuerpo social. En 10º. Hora, dice: ¿La paloma que ruge/ deja de ser paloma?
Adriana Maggio, mujer, se rescata siempre en el amor y en la palabra, baja y sube los peldaños de su obra-vida con sensibilidad y belleza, con el desprendimiento obligado del tiempo que obliga a dejar lugares que otros irán ocupando, a añorar presencias, a convertir las ausencias en siluetas que acompañan aunque el borrador de la vida vaya acercándose cada vez más a lo inasible. Mientras tanto dice (o cree): Tal vez/ sólo existo/ cuando escribo (...) La única noticia verdadera/ el poema.

Elsa Copati

domingo, 2 de noviembre de 2008

Presentación Fijando vértigos 18



Dolores Etchecopar, pintora y poeta, nacida en Buenos Aires. Su primer libro de poesía es de 1982: “Su voz en la mía”; le siguieron “La Tañedora” , “El Atavío” , “Notas salvajes” y “Canción del precipicio” . En el año 1989 fue premiada por la SADE. Su poesía fue traducida a otros idiomas y publicada en antologías . Integró la dirección del grupo de poesía oral “el pez que habla”.

Rodolfo Alonso. Poeta, ensayista, traductor, ex editor. Publicó más de treinta libros de poesía y ensayo. Recibió Premio Nacional de Poesía, Premio Único de ensayo inédito de la Ciudad de Buenos Aires, Orden “Alejo Zuloaga” de la Universidad de Carabobo (Venezuela), Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina par la Poesía, Palmas Académicas de la Academia Brasileña de Letras, Premio Festival Internacional de Poesía de Medellín, entre otros.

sábado, 4 de octubre de 2008

Cuentos

Amor... llamó a mi puerta (cuentos y relatos) de Nélida Habeshián (Editorial Dunken, Buenos Aires, 2006) 96 págs.

LA SAGAZ LUCIN

Llegó la noche y Sarquis cerró su negocio en Beirut a la hora de costumbre. Una vez por mes se hacían reuniones en su local y sus compatriotas armenios contaban la odisea vivida por cada uno de ellos para salvarse de la persecución turca. Ese día fue especial, concurrieron alrededor de quince personas y tres hermanos que hacía años, por circunstancias especiales durante la deportación, no se habían vuelto a ver. Sarquis era muy alto, de prominente calvicie, de hablar pausado. Encendió su narguile*, apoyó los codos sobre el mostrador y sin dejar de mirarlos, dijo:
“Hoy les voy a contar la historia de Lucin, que vivía en una comarca cercana a la ciudad de Hadjin. La gente del lugar recibió la noticia de que sería deportada. Hacía mucho frío y nevaba copiosamente. Los callejones estaban desiertos y los pobladores preparaban lo poco que podían llevar. Lucin tenía veintiocho años; era alta, de nariz aguileña y ojos negros muy expresivos. Su esposo hacía tres años que había muerto y ella tomó el mando del pequeño negocio familiar recibiendo colaboración de sus tres hijos de catorce, trece y diez años. Una mañana escuchó golpes en la puerta de su casa y gritos de soldados turcos obligándolos a dejar sus viviendas, Lucin, rápida, le entregó un atado de ropa a cada uno de sus hijos y salieron al callejón. Después fueron forzados a integrar la larga caravana. La mujer abrazó fuertemente a los niños, y mientras avanzaban aterrorizados se preguntaba: ¿qué será de nosotros? Sus pequeños lloraban y ella trataba de calmarlos diciendo: ‘Sigan..., todo estará bien...; sigan..., por favor’.
No entendían por qué su madre los alentaba, si la realidad era otra. Los hicieron detenerse en un lugar totalmente cubierto de nieve y los soldados armaron tiendas y colocaron lámparas de aceite en el improvisado campamento que apenas iluminaban el lugar. Lucin sacó de un atado queso, pan y aceitunas y les entregó una ración a cada uno de sus hijos. Samuel no quería comer, entonces, ella, acariciando su rostro le dijo despacio, casi al oído: ‘Come Samuel, come, hay para todos... Así tendrás fuerzas para seguir caminando’.
Los que caían extenuados o muertos eran abandonados en el camino. El resto avanzaba sin fuerzas por el cansancio y rezaban tomados de las manos bajo la mirada penetrante y burlona de los soldados turcos. A medianoche, por efecto del vino y la comida, la soldadesca se retiró a descansar. Lucin, aprovechando la oscuridad se arrastró hasta la carpa de un oficial y tomó queso y pan que había quedado sobre una tabla improvisada como mesa. Les hizo comer a sus hijos una segunda ración, mientras tanto ella sacó de un atado de ropa una pollera negra bordada en rojo y blanco. La cortó en tiras, armó cinturones trenzados y cuadrados como si fueran pañuelos de cuello y pañuelos de bolsillo, y se los fue entregando a sus hijos. Convencida de que sería una buena identificación entre ellos, trató de descansar, pero... no pudo ni siquiera pensar. Una mano fuerte le golpeó el rostro, la levantó de los cabellos y la arrastró por la nieve. Sus hijos no la vieron nunca más.
¿Qué fue de los hijos de Lucin?
Samuel, el mayor, cayó extenuado y los soldados lo abandonaron en una zanja creyendo que estaba muerto. A media mañana un aldeano sirio lo encontró, lo cargó en su carro y lo llevó a su casa. Sus padres lo alimentaron y curaron las llagas de sus pies. Le cambiaron el nombre, por seguridad. Bedrós y Kapriel, con la astucia propia de su edad, desertaron de la caravana en una curva prominente del camino y corrieron desesperadamente hasta que consiguieron esconderse en una enorme gruta, escapando de los soldados turcos. Al día siguiente muy temprano escucharon silbidos. Era un pastor que hablaba árabe y algo de armenio. Sintió compasión por los dos jóvenes que preguntaban por su madre y hermano. Y los llevó a su casa. También, por seguridad, les cambiaron los nombres. El muchacho que los socorrió se llamaba Alí, y después de un mes, cuando consideraron que estaban bien de salud, los llevó a la iglesia. El sacerdote pensó que lo mejor era que ingresaran a un orfanato, ya que sin padres o familiares directos poco o nada se podía hacer por ellos. Alí, cada tanto, los visitaba y les llevaba rosquitas salpicadas con semillas de sésamo hechas por su madre. Les prometió que él seguiría buscando a Samuel.
Pasaron los años, Bedrós y Kapriel cumplieron la mayoría de edad. Aconsejados por la familia de Alí viajaron al Líbano y trabajaron a destajo hasta conseguir vivienda. Un domingo, cuando salían de la iglesia, caminaron por las calles de Beirut. El día era apacible y se ubicaron en un almacén que al costado lucía resplandeciente un gran parral. Era mi casa. Así nos conocimos, y cuando me contaron su historia les prometí que yo buscaría a Samuel, ya que tenía mucha gente conocida, familiares y amigos. Pasaron tres días y fui hasta la casa de ellos y les dejé una nota citándolos.
¿Qué sucedió?
Cuando entraron a mi negocio yo estaba hablando con un joven un poco mayor que ellos. Entonces efectué las presentaciones correspondientes. Mientras ellos dialogaban coloqué sobre el mostrador los cinturones y pañuelos que había hecho la sagaz Lucin. La emoción no los dejó pronunciar ni una sola palabra. Se abrazaron fuerte, hasta las lágrimas, como queriendo recuperar los años perdidos. Hablaron de Alí y su familia, del sacerdote que los llevó al orfanato. Samuel elogió a los Samad, que se ocuparon tanto de él. Brindaron varias veces por el encuentro y por todos los presentes. Me agradecieron varias veces mi actitud solidaria”.
Una vez que la gente se fue retirando del lugar, Sarquis cerró el almacén, se apoyó en la ventana de su negocio, los vio alejarse y apagó las lámparas que colgaban en el salón. Cerró la puerta recién cuando la figura de los tres hermanos se fue perdiendo por el callejón. Esa noche, después de rezar, se dijo: “Pasan los años, pasa la vida, pero Lucin desde el cielo les sonríe”.

*Narguile: pipa de agua y tabaco que se fuma en los países árabes.
_______

Recibo de manos de Nélida Habeshián, su libro de cuentos y relatos Amor… llamó a mi puerta. Al recorrerlo quedo impresionada por los cuentos referentes a la Diáspora del pueblon armenio. Traté de posicionarme en el marco de la inmigración armenia en la Argentina y pienso en las circunstancias especiales de los distintos personajes que Nélida nos va narrando, su recorrido por las atrocidades que debieron padecer en manos de los turcos, la tortura, las violaciones religiosas y muchos otros episodios que indignan al lector y han quedado grabados por siempre en la memoria de este pueblo bueno y sufrido.
Siento una emoción especial por la nobleza del espíritu de esta escritora, que logra hacernos compartir la lealtad de su estirpe y los más altos valores de la dignidad de la sangre armenia.. Gracias querida Nélida Habeshián por haberme acercado tu bello libro. El, logró capturar mi atención de manera sostenida, hasta el cuento final Perseverante, donde los personajes, ataviados de tantos detalles circunstanciales nos permiten adentrarnos, llevándonos a una vivencia del aquí y el ahora.
Mi cariño y agradecimiento.
Mirta Cevasco.

jueves, 2 de octubre de 2008

Revista Literarte


LITERARTE Revista de literatura y arte
Año 7 Numero 29

Tapa de Adriana Nora García “Algodoneras”, acrílico, en homenaje al pintor peruano Carlos Millones.

En el artículo “Al aire libre”, desde España reflexiona Martín Lucía: “La llegada del verano a Sevilla, ciudad brevemente alejada de la costa, muy calurosa y seca, de difícil disfrute teórico en las fechas de más elevadas temperaturas... hace que, los que aquí quedamos, entremos en un letargo generalizado en el que todo se pospone a la llegada de septiembre, a la llegada de las puertas del Otoño.
La vida, en general, cierto es, se hace compleja y laboriosa en esta ciudad que vive al borde y por encima de los 40º de temperatura casi dos meses al año. Todo se ralentiza en el mejor de los casos. En el peor, se paraliza indefectiblemente.
Y con la cultura ocurre lo mismo...
La cultura no entiende de paréntesis: no se deja de pintar, de escribir, de crear en verano. Un pintor, un poeta, un músico no dejan de hacer arte. No serían ellos. Morirían...
Por tanto, no dejemos de vivir la cultura en estas fechas en las que creemos que, finalmente, arderá todo. No dejemos que la ciudad interior muera durante dos meses.”


Cecilia Ortiz

Poema uno

Me hundo en esta tarde transparente
/ sin límites
llega amnesia / dentro de una copa oscura
sabor que me impide percibir el cristal quebrado-

la quinta esencia / tú sabes / yo sé
y el crepúsculo camina por el borde un beso
/ que se niega a morir

mi dolor / cansado / regala / lágrimas
estalla por detrás de la puerta
/ cerrada dolorosamente

Me funde el vestigio
/ (sueño que sepultará el mar)

La vida desgrana sobre mi espalda
el desvelo / que promete la noche
Ya no existo
/ he perdido un poema.
Y no cruzaré el espejo
/ -desconozco la melodía-
se extingue su voz / con un atuendo de niebla
Y la esperanza / punza
/ mientras se esparce en mis venas.

Me duele que no escribas el final.

Con sangre marcaré
/ umbral
/ zócalo
/ techo
/ el silencio estéril
/ el vacío nido de tus pensamientos.

Citaré tu nombre / al rebelarme contra la zozobra
y preguntaré / quién derrama culpas.

Poeta argentina, de su libro "Solsticio de invierno"

http://blog.iespana.es/literarte-revistadearteycultura

domingo, 28 de septiembre de 2008

Premio de Poesía


FELICITACIONES AL POETA PERE BESSÓ, AMIGO Y GENTIL TRADUCTOR DE MI POESÍA A LA LENGUA VALENCIANA.




EL PREMI DE POESIA JOSEP MARÍA RIBELLES D’ENGUANY

La redacció d’AR es trobava enfeinada en el butlletí del Ple d’ahir nit, mentre el nostre company, Salvador García, revisava les notes per a respondre les trucades de telèfon, quan se’ns ha cridat del Centre de Cultura de la Vila de Puçol per a fer-nos arribar la bona noticia que el nostre company Pere Bessó ha resultat guanyador de la darrera edició del premi que porta el nom de Pep Ribelles , gran poeta i amic del nostre ex regidor que, dissortadament traspassà fa uns anys. La primera resposta de Pere Bessó en assabentar-se’n ha sigut: reivindicar la memòria de Pep Ribelles és fer valdre una de les quotes més altes de la poesia valenciana en castellà, alhora que l’exercici del seu magisteri en els joves poetes de la Generació dels 70 a València. Per a Pere Bessó és un vertader orgull poder comptar des d’ara amb el premi Josep María Ribelles de la seua vila nadiua que per a ell representa tant afectivament com els Ausies March (Beniarjó i Gandia), “Vicent Andrés Estelles” (Premis Octubre) o altres que guarda al seu currículum literari... AR ofereix a la seua membresia el primer poema del poemari Només per a dones que ha resultat guanyador, alhora que la primera versió al castellà realitzada per l’autor a petició d’AR.

XIIé PREMI DE POESIA JOSEP MARIA RIBELLES
AJUNTAMENT DE PUÇOL


NOMÉS PER A DONES


L’OMBRA DEFINITIVA

Ets dona fronterera,
contradictòria:
pell de banús però corfa de taronja.
Recorda-ho:
Al mateix llanguiment
resta l’essència de l’ombra,
semblant a la condemna
de mustigar-te a poc a poc.
No voldries fugir
de la còmoda foscúria a mitges,
però tampoc no se’t permet
de trencar definitivament l’alba.
Ets un excipient confús,
rètol de la llum clandestina,
l’entremig més diàfan.


LA SOMBRA DEFINITIVA

Eres mujer fronteriza,
contradictoria:
piel de ébano pero corteza de naranja.
Recuérdalo:
En la languidez misma
queda la esencia de la sombra,
semejante a la condena
de ajarse poco a poco.
No querrías huir
de la cómoda obscuridad a medias,
pero tampoco se te permite
romper definitivamente el alba.
Eres un excipiente confuso,
rótulo de la luz clandestina,
el entremedio más diáfano.





















FUENTE AGENDA ROJA Nº 1710
26 septiembre 2008


ALGUNA ALTRA FORMA D’ALTERITAT

En l’habitació de la convidada,
a l’altra vora de la llum,
enllà del corredor, a la sala d’espills,
viu la dona que t’implica
en una solució de febles renúncies,
d’impossibles abandons.
Heu fet un pacte: ja sabeu
allò que sou l’una per a l’altra.
Ella accepta pagar la renda
de les teues cicatrius més antigues,
mentre tu evites de mirar-la cara a cara.
Així t’has acomodat a viure
amb la teua part de l’obscur,
i mores cada nit per fora dels noms,
sense badar-los,
perquè no hi ha exili ni llinda ni memòria
per a la desterrada del cos.
En guanyar-te, a l’assalt, la malalta oculta
que ets tu mateixa,
reparteix les ombres de la casa,
entre tu i ella.



ALGUNA OTRA FORMA DE ALTERIDAD

En la habitación de la invitada,
en la otra orilla de la luz,
más allá del pasillo, en la sala de espejos,
vive la mujer que te implica
en una solución de débiles renuncias,
de imposibles abandonos.
Habéis hecho un pacto: ya sabéis
lo que sois la una para la otra.
Ella acepta pagar la renta
de tus cicatrices más antiguas,
mientras tú evitas mirarla cara a cara.
Así te has acomodado a vivir
con tu parte de lo obscuro,
y moras cada noche fuera de los nombres,
sin hendirlos,
porque no hay exilio ni umbral ni memoria
para la desterrada del cuerpo.
Al ganarte, al asalto, la enferma oculta
que eres tú misma,
reparte las sombras de la casa,
entre tú y ella.
____

LA SAL A L’ESQUENA

A l’espera de l’arrodiment de la lluna
al ventre, la bategada del cor,
la crescuda del riu,
els ocells de la llum que inauguren la vida,
els elefants de la selva per a l’exacta
predicció de la mort,
Ella sent l’olor de la pols
als cabells llargs,
la redona coloració de les xicarandes,
els cristalls de sal a la cara
de les germanes que gosaren
mirar enrere,
en la cruïlla de tots els camins
que tempta el somni.
Ella escolta l’heura del desig nu
als murs més alts,
inexpugnables quan les ones canten.
El fregament de la seda no arriba,
però, als hòmens que habiten la ciutat de l’odi.
Ella s’ha acostumat al saquet
a l’esquena i basteix el seu propi mirall,
amb pessics de sal grossa,
l’antídot per al paisatge en oblit
de la nostra desolació tan civilitzada.
Com les fembres antigues
als ulls porta el llaç de cacera,
el sonador de l’avis, els estels
beuen del seu alé en rebel.lia,
sense saber quina llarga pelegrinació
sotja els seus moviments morosos
i esperona els seus malucs,
penyores de les primeres promeses.
Ella s’asseu als màrgens dels rius
o jau a la dula,
en remulla els peus a l’aigua llotosa.
Els grans de sal i lluna sempre són als seus arrels:
El vestit de partença porta al biaix
gravada la paraula de retorn
a la innocència,
la cicatriu oberta en la incisió darrera,
la sequera sagramentada dels llavis
untats per a la celebració
de l’íntima i sagnant salvació de la sal.





LA SAL A LA ESPALDA

A la espera de la redondez de la luna
en el vientre, el latido del corazón,
la crecida del río,
los pájaros de la luz que inauguran la vida,
los elefantes de la selva para la exacta
predicción de la muerte,
Ella siente el olor del polvo
en los cabellos largos,
la redonda coloración de las jacarandas,
los cristales de sal en la cara
de las hermanas que osaron
mirar atrás,
en la encrucijada de todos los caminos
que tienta el sueño.
Ella escucha la hiedra del deseo desnudo
en los muros más altos,
inexpugnables cuando las olas cantan.
El rozamiento de la seda no llega,
sin embargo, a los hombres que habitan la ciudad del odio.
Ella se ha acostumbrado al saquito
a la espalda y edifica su propio espejo,
con pizcas de sal gruesa,
el antídoto para el paisaje en olvido
de nuestra desolación tan civilizada.
Como las hembras antiguas
en los ojos lleva el lazo de caza,
el sonajero del aviso, las estrellas
beben de su aliento en rebeldía,
sin saber qué larga peregrinación
acecha sus movimientos morosos
y aguijonea sus caderas,
prendas de las primeras promesas.
Ella se asienta a orillas de los ríos
o yace a la dula,
a remojo los pies en el agua lodosa.
Los granos de sal y luna siempre están en sus raíces:
El vestido de partida lleva en el bies
grabada la palabra de retorno
a la inocencia,
la cicatriz abierta en la incisión última,
la sequía sacramentada de los labios
untados para la celebración
de la íntima y sangrante salvación de la sal.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

"IDEAS" desde Cuba

La Idea del Lunes
por Reynaldo García Blanco

El acto escritural de agota. Convencidos ya de que los discursos que hoy se acumulan acaban por matar la inspiración, a los que ofician con las palabras no les queda más remedio que buscar otros cotos par la creación. Como un guerrero que busca su propio despojo en el campo de batalla donde ha perdido uno de sus combates, el poeta ha de levantarse como Lázaro y caminar por un sendero que ha de tener tantos tropiezos como los de sus progenitores.
Como esas papeleras de reciclaje que terminan por colapsar, la poesía asiste a estertores y pataleos solamente existentes en aquellos días de crisis por guerras mundiales. Aunque los tiempos no han cambiado mucho, las dificultades han llegado por diferentes vías que nos llevan a la percepción de lo que pudiera llamarse géneros híbridos.
Los menos apocalípticos van a Francis Ponge: El amor a las palabras es de alguna manera necesario entonces para el goce de las cosas. En el otro extremo hacen barricadas los que apuestan por el braille, por el eterno vacío pascaliano, por la vasectomía gramatical. Ha de volver el péndulo que todo lo arrastra y la poesía tribuna, la poesía pancarta, la poesía gutural de garrote y sentencia, brote sola y con esplendor.
Hace muy poco en uno de esos espacios de dialogar de la nada y de lo profundo escuchaba este cuento Zen: Na-in , un maestro japonés de la era Meiji (1868-1912) recibió cierto día la visita de un erudito, profesor en la Universidad, que venía a informarse acerca del Zen. Na-in sirvió el té. Colmó hasta el borde la taza de su huésped, y entonces en vez de detenerse, siguió vertiendo té sobre ella con toda naturalidad. El erudito contemplaba absorto la escena hasta que al fin no pudo contenerse más: “Está llena hasta los topes. No siga, por favor”.
Como esta taza —dijo entonces Na-in, está tú, lleno de tus propias opiniones y especulaciones. ¿Cómo podría enseñarte lo que es el Zen a menos que vacíes primero la taza?
Historia que me parece muy ilustrativa para los efectos poéticos de hoy. La palabra arrasada por ella misma se agolpa en los predios del poema. La espiración, los espacios en blanco, el silencio, la topografía (y no tipografía) sino el terreno movedizo en que se mueve el texto... todos ellos piden una presencia, sea verbal, sea mental, sea fisiológica. Oportunidad única para que el poema sea cuerpo, sea animal crucificado o simplemente un algo que respira, jadea, tiene orgasmo y fertiliza en algunas ocasiones.
El acto escritural se agota y hay que explorar todos los soportes posibles para que el poema entable el canto o lo que nos rodea, a esos gestos, frases, acciones cotidianas quw encierran en sí misma el poema que vendrá. Esa fecha, como el futuro, puede durar mucho tiempo. Pero vale la advertencia: El acto escritural se agota. Salvarlo puede ser una buena idea. Dejar que se destruya puede ser una manera de resurrección.

De “Ideas” publicación del Centro de Promoción Literaria José Soler Puig, Santiago de Cuba. II época, Nº 74, junio de 2008.
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Agradecemos la difusión de Fijando Vértigos 16 (octubre 2007) y 17 (verano 2008) y de los poemarios “La ruta de los peces” / Lina Caffarello, “Lengua suelta” / Cristina Villanueva, “Rosas en vuelo” / Cristina Berbari, ediciones bilingües, traducidas al catalán por Pere Bessó, (Generación dos mil gente de arte – Argentina)

martes, 23 de septiembre de 2008

Argentina en México




RODOLFO ALONSO EN MÉXICO

Del 29 de septiembre al 4 de octubre volverá a realizarse en la ciudad mexicana de Monterrey su XIII Encuentro Internacional de Escritores. En la oportunidad, han sido especialmente invitados el español Fernando Arrabal, el brasileño Ledo Ivo, el chileno Raúl Zurita y el argentino Rodolfo Alonso.

El 7 de octubre, a las 19, en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México y con participación de Juan Gelman, la editorial Alforja presentará “Poesía junta”, antología de Rodolfo Alonso (con prólogo de Gelman), así como su traducción de “Poesía en general”, antología de Ledo Ivo.


Juan Gelman y Rodolfo Alonso (Medellín, 1994, foto de Javier Naranjo)

Poema en el blog Revista Papirolas

sábado 20 de septiembre de 2008

CRISTINA BERBARI



















ANUNCIACIÓN DEL POEMA


Del grávido vientre de la noche
por rampa del soñar
desliza el poema.

Palabra;
nacerá
cuando se anuncie el alba,
la que nos elige,
la elegida

si al despertar perdura
—alquimia de ese sueño—
aquel sabor a fruto fresco.


del libro: “Los lagos y la tortura”

Publicado por Norma Padra en 14:26 3 comentarios
REVISTA PAPIROLAS DE LITERATURA EN LA WEB:

domingo, 21 de septiembre de 2008

Mis poetas contemporáneos entrevista a Cristina Berbari




Tuesday, September 16, 2008

Entrevista a CRISTINA BERBARI

¿Qué es para usted la poesía?


Intentar definirla, imposible. Puedo dar una “apreciación” y creo hay tantas como poetas existen. ¡Ah la Poesía! Esa misteriosa mezcla de relámpago y sudor, que se concreta en el poema.


¿Podría usted contarnos un poco de su vida, de sus obras publicadas, sus premios, su actividad literaria?

Rondar la biblioteca de mi padre fue mi juego de niña solitaria. Conocí la obra de Homero, Virgilio, Dante, Cervantes, no en versión para niños sino en unos maravillosos fascículos de la editorial Seguí, Barcelona, que los resumía e ilustraba. Y en segundo grado me descubrí “recitando” (de memoria) a Bécquer y sus golondrinas, y con la genuflexión final como lo exige el poema, ante el asombro de la maestra y el aplauso de mis compañeras. Egresé del Normal 10 e hice mi incursión por los claustros de la Facultad de Derecho, pero huí despavorida.
Leer, escribir, dibujar son mis pasiones y en el taller de grabado de Alfredo de Vincenzo practiqué el arte de la xilografía (grabado en madera). Algunas exposiciones y al mismo tiempo (en 1977) se manifestaron “los relámpagos”. Publiqué mi primer poemario “Penúltimo portal”, en 1983. Resultó un libro oscuro. Con el tiempo descubrí la causa: fue mi más profundo testimonio de una época (entonces los argentinos transitábamos entre tinieblas). Luego se dieron otros “relámpagos” pero con más sudor: “Los lagos y la tortura”, “¡Oh, la Omega!”, “Doloras de la piedra negra y voces invitadas a perseguir nubes”, entre otros. “Rosas en vuelo”, 2007, en una edición bilingüe, gracias a mi entrañable traductor valenciano, el filólogo Pere Bessó.
No me presento a concursos. Hace años envié un poema al “Centro Literario Bartolomé Mitre”, Intendencia de Azul, dirigido por el poeta Dante Bustos, y obtuvo “Mención nacional”. Recientemente en el Concurso organizado por la revista virtual “Artesanías Literarias” que dirige Andrés Aldao desde Israel, obtuve Cuarto Premio Internacional por una “trilogía”.
Desde marzo de 2000 dirijo la revista “Fijando vértigos poesía” cuyo número 18 está en prensa.


¿Cuándo empezó a escribir? ¿por qué?


Creo que ya respondí.


¿Cómo definiría a su poesía?


Definir poesía desde la mismidad, me parece imposible. Es el otro el que nos descubre y nos señala incluso lo que no percibimos. Y no puedo clasificarme en un “ismo”.


¿Qué autores influyeron en su poética?



No creo en influencias. Tal vez se trata de una argamasa que nos deshace y nos crea. Sí puedo decir que Alejandra Pizarnik fue para mí “incandescencia y vértigo”; Octavio Paz, poeta y ensayista, me enseñó a reconocer a mis pares. Y el inolvidable Roberto Juarroz. Y Molina, Ceselli, Madariaga, Orozco...


¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?


Lograr universalizar mi sentimiento, que mi yo pueda transmitir y el otro se sienta identificado; mediante mi poética “ser” en el otro.


¿Qué poema elegiría usted si tiene que optar por uno en especial? ¿Por qué?


El que aún no escribí. ¿Por qué? Por eso de la espera y la esperanza, por el misterio de seguir en la vida.


¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?


Posiblemente desde mis “sombras iluminadas” alcanzando más luz.
Durante el año pasado, en una etapa de calma espiritual, meditación y contacto con la naturaleza, surgió una serie de “haikus”, y resultó una experiencia enriquecedora.


¿Para usted se nace o se hace escritor?


Si no llega ese “relámpago”, deslumbramiento, intuición, eso que se impone, creo que será en vano tallar, trabajar el poema. No sé, es mi opinión. Creo en la lectura como en la gran maestra del escritor.


¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este bello camino de la PALABRA?


Hacer el poema con amor, como se concibe un hijo; con dolor, como se pare a un hijo. Escuchar la voz interior: ser fiel a sí mismo, expresar su verdad, y ante todo, sentir la imperiosa necesidad de escribir el poema.


¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?


Depravada. Pero hay casos especiales que aún nos permiten creer en el hombre.


Si tuviera que recomendar un libro de poesía, prosa, cuento, novela etc ¿Cuáles recomendaría?


En poesía, Pessoa y sus “heterónimos”, y siempre Rimbaud.
En prosa: “Pedro Páramo” de Juan Rulfo, “Nadie, nada, nunca” de Juanjo Saer, “Cuando ya no importe” de Juan Carlos Onetti.
Y van tres “Juan”. Y vuelvo a la poesía. A Juan Ele y su voz que susurra a río y, por supuesto, a Juan Gelman, al metafísico inglés John Donne y como poemas de cabecera “Noche oscura” y “Llama de amor viva” de San Juan de la Cruz (Juan de Yepes).


¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, ñusleter, blogs etc?


Siempre que se haga con responsabilidad, honestidad, me parece maravillosa esta forma de llegar al mundo, entiéndase, por aquella vieja utopía de unir pueblos, ideas, religiones. De hecho dirijo en Internet mi revista y un blog personal.
http://www.ar.geocities.com/fijandovertigospoesia
http://cristinaberbari-fijavertigos.blogspot.com/


Por último ¿Quiere usted agregar algo?



Y va el aviso. Y los espero. Gracias.

CRISTINA BERBARI


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http://entrevistasamispoetascontemporaneos.blogspot.com/2008/09/
entrevista-cristina-berbari.html

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Dos jóvenes poetas

Carolina Contino


6

Caen semillas del cielo y yo las bebo

(quiero tomarlas todas)
y en mi estómago de matriarca
irán creciendo como espirales
(que acaso nunca terminen de nacer)
un agua blanca, un silencio de ratones;
seremos un fruto real
tierno y blando
un cuadro con lágrimas, no un hijo.
Caen semillas del cielo celeste
todas para mí.


___


Idolatría en bis
I

“Pese a tus bodas con Ausencia

(tus mejores fiestas festejadas)
hay remedios que no son para mí,
yo no tengo ropas viejas para refugiarme en ellas,
no tengo más que condescendencias para con el hombre que no fue
pequeños arraigos de viento
solas ocurrencias que pasan
blancas,el hombre sin ojos
sin manos en los ojos”.

___


10

Sr. Prestidigitador:
aquí tienes mis dos manos
para leer
y para beberlas
y para hacer de ellas sangre
y sangre de roedores;
oída soy de tus plagios y artificios
de tus vastas transformaciones
de mujeres en serpientes
de hombres en mujeres
y de tesoros en agua;
confiada estoy en tus pardas ciencias
Sr. el Prestidigitador:
he aquí mis hombros
para arrojar sobre ellos el carromato de mis culpas,
mis rodillas para humillarme
y estos dos mis ojos para adorarte.

___

24

No es ése el rostro que alborea en la mañana,
al que le tendí mis manos blancas
y mi pollera de lana azul.
Mi spray en crispaciones de dama en apuros
mis medias de nylon mate
tampoco.
No ése el mar que naufraga en la entrepierna
y no la ventana a medias abierta
por donde entra el aire fresco del verano
y sale un rumor de fox trot agrio.
Aquí: aroma a jazmines viejos,
olor a Mary Stuart:
un qué sé yo de dulzón y grave, un deja vu
que entra y sale de mi pelo;
una ternura tanto como una lágrima dice:
“Dame un beso más de amor desesperada
pero no me digas que es él en la mañana”

___


Puentes blancos

Puentes blancos que cruzo algún día
con palabras
desde ahora te saludo con banderas;
en un pequeño aposento chino
pintado de rojo
canta la niña
canta la niña
su canción de cuna y retablo.
Dorado es el cielo.




de su libro "Hierro de madera" (Mar del Plata, Editorial Melusina, 2001)



Carolina Contino (Argentina, 1975) es profesora en Letras. Ejerce la docencia y coordina talleres literarios. Obtuvo una mención en la I Bienal de Arte Joven de Mar del Plata (1996). Ha publicado sus poemas en la plaquette "Países inocentes" editada por la Universidad Nacional de Mar del Plata (1999), en la revista argentina "Hablar de Poesía" (nro. 3) y en fanzines y revistas (digitales y en papel) de Argentina, Chile, Perú, México y España. Publicó el libro Hierro de madera (Ed. Melusina, 2001). Ha participado en mesas de lectura en ciclos de Poesía en las ciudades de Mar del Plata, La Plata, Rosario y Victoria. Otros poemarios inéditos son Poemas simples (2004) y Cambuj real (2006).



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Mariano Bietti









Nostalgia

Lentos veranos de niñez
donde el tiempo no transcurre
y los sueños existen.
Entre los juegos de la arena
y las ilusiones vivientes,
en luz de vacación sin tregua
el porvenir no tiene térnimo
y el futuro es una larga espera.




____

Sueños incumplidos

Quisiera poder jugar
pero ya no soy un niño.
Quisiera poder volar,
perno no tengo alas.
Quisiera darte un fuerte abrazo
pero no te tego.
Quisiera gritar mi pena
pero no tengo fuerzas.
Quisiera, simplemente quisiera.



___



Angustia

La luz del atardecer se desvanece
y el vacío ante la oscuridad
evidencia mis temores.
Mi sed por la eternidad se ha disipado,
entonces busco en las presencias
una salida, para morigerar
tantas ausencias.




Poemas inéditos

Mariano Bietti —Buenos Aires, Argentina, 1971. Es abogado.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Había una vez...

“HABÍA UNA VEZ, HABÍA NUNCA” de Lucila Févola (Botella al Mar, Buenos Aires, 2008, 142 pág.)

UN FOCO AQUÍ, POR FAVOR

Sí, exactamente sobre esta línea, que es la de esta cara.
Cara que no expresa nada, ojos que no parpadean, mentón ni flojo ni rígido, juguemos a las estatuas, ¿cuál es la mejor pose?, mientras el lobo no está.
Cuerpo sereno, manos reposando sobre el vientre. Texto sin fisuras.
Nada que leer. A medida que se escribe, se borra: duro aprendizaje.
Ahora, líneas abajo, el foco, por favor, recorra lentamente este cuerpo hasta las puntas de los lustrados zapatos.

“Eras una beba distraída”, decía la madre, decía el padre. Ellos hacían mucho ruido, sonajeros, matracas, tamborcitos, “chica distraída”. Fuiste creciendo y siempre parecías estar en otra parte”. Chica lejana. “Te llevábamos de paseo a distintos juegos, con otros chicos; nos divertíamos tanto y vos, con la mirada perdida, mirando no sabemos qué”. ¡Te hacíamos morisquetas, te decíamos cuánto te amábamos y vos siempre en otra parte”. Chica distraída: ¿cuál es la mejor pose? “¿Ves las fotografías? En ninguna mirás a la cámara”.

“Novia distraída y esposa distraída”, dice el marido. “Madre distraída”, dicen los hijos. Siempre mirando a otra parte. ¿Cuál? Ojalá hubiera otra parte. Mujer distraída siempre mirando a ninguna parte.
Más aun; ella resistirá: desde los lustrados zapatos. El foco, por favor, ascienda ahora lentamente por las piernas cruzadas, caderas quietas, pechos quietos, ni latidos, cuello inmóvil, no tragar saliva, lograr que se amontone en la boca, labios secos, rasgos imperturbables, ojos que no van, no, no, a parpadear. Ida y vuelta, ya nada que leer, ya nada que borrar.
Cuerpo lo suficientemente escrito, lo suficientemente leído, lo suficientemente corregido. Cuerpo sin cuerpo. Con el que al fin no puede ya ningún resplandor, ni, tampoco, ninguna oscuridad. Cuerpo que dura, dura dureza, sin cuerpo, sin nuevo aprendizaje, sin lastre ya, al aire, aire, aire al aire, a su prolija desaparición.
Aquí, esta pose mientras dure dura, ¿la de quién?

Fuera, foco, fuera, tengo que respirar, tengo que relajarme. Algo se obstina.
Fuera de foco. Línea de fuga. Ni siquiera misterio.
Creo que nunca hubo verdadero resplandor ni oscuridad verdadera, porque esta mujer siempre estuvo en ninguna parte.
Duro aprendizaje. Respirar ahora, muy profundo, aire, aire, aire al aire, algo se obstina, aflojar las contracturas, estirar las piernas, tal vez sacarse los zapatos.

Pose de esposa interesada: no le salió muy bien.
De madre devota: tampoco.
Fuera, fuera de foco, duro aprendizaje y se supone que se nace sabiendo.

¿Qué parte es ninguna parte?
No pretender estar en la parte que se debe, pero, al menos, en alguna.
¿Cuál?
¿Cuántas?

¿Y quién decretó que hay que estar en alguna parte?
¿Y quién decretó que hay que estar en la que se debe?
¿Se debe?
Fuera, foco, fuera. Nada en qué profundizar.
Duro aprendizaje. Se ha mirado largamente en todos los espejos: no hubo reconocimiento alguno.
Fue su turno de las morisquetas. Hasta el agotamiento.
Observó atentamente las de los otros, tan cambiantes: en este momento te amo; en este momento no.
Creo que, realmente (¿qué significa “realmente”?), no logró amar a nadie, “chica distraída”, incluida ella misma, a nadie, pero, tampoco, ni siquiera, odió. ¿Cuál es la mejor pose?

Chica distraída. Mujer distraída. ¿Lobo está?

El tiempo pasa. (O, mejor, como somos tiempo, pasamos: todo en orden.)
Amor: cada uno a su manera. Palabra grave “amor”. Aguda, pero grave. Cada uno, a su manera. Se puede hacer cualquier cosa por “amor”. (¿Cuanta más sombra, más “amor”? ¿Todo el tiempo?)
El tiempo pasa. (Pasamos.) Sí, Ella ni siquiera se amó: ¿a quién? Y ¿qué es eso?, lobo está.

Nunca se vuelve de ninguna parte.

Pasamos. Todo en orden. Duro aprendizaje. Ya respira “normalmente” (algo respira ya normalmente). Ya algo estiró las piernas lo bastante. Ya algo se descontracturó y debe apurarse, seguir la partitura general. Tengo miedo. ¿Cuál es la mejor pose? Todo ajeno. Tengo miedo. Ellos hacían morisquetas. Mucho, mucho miedo.

Nunca se vuelve de ninguna parte.

Un foco aquí, por favor, exactamente sobre esta línea, que es la de esta otra cara.
Cejas expresivas, sonrisa rojo abarcador, parpadeo voraz, maquillaje desafiante, cuidadoso. Ojos luminosos que miran y no ven. (“Ojos que no ven, corazón que no siente”.) Cuerpo vibrante, sin descanso, manos, sin descanso, saltarinas hacia la breve (pero plena) cintura. Vaivenes minuciosos.
Ahora, foco, líneas abajo. ¿Cuál es la mejor pose?
El foco, por favor, recorra lentamente este cuerpo escrito, borrado, corregido, hasta la punta de los zapatos de la fiesta.
Aquí, esta pose mientras dure dura, ¿la de quién?
Y así hasta la siguiente, y así, y así. (Tengo miedo.)

Esta mujer ha ido transformándose. Nada que leer. A medida que se escribe, se borra: duro aprendizaje.

(Elegir cuidadosa, minuciosamente los cuerpos, porque luego ellos irán eligiendo la mejor pose, la que corresponde. Infinitos cuerpos para el llamado “amor”. Infinitos cuerpos para lo “humano”.)

Fuera, foco, fuera, tengo que respirar, tengo que relajarme. No hay nadie allí, pero algo se obstina.
Por favor, foco, aire, aire, aire al aire.

Fuera de foco, fuera de todo, línea de fuga.
Apagón.


En el prólogo, José Bravo dice: "Es éste un libro en el cual el ser está confirmado por sus afectos: la angustia ante el hecho de necesitar escribirse, desescribirse, corregirse, volver a escribirse, (intentarlo), tacharse, borrarse, tal como si fuera un texto que es tejido y entretejido, conflictuándose en términos de moral, porque el resultado no lo mide por lo residual de los hechos sino por lo creativo de la conciencia o la responsabilidad del existir: escribirnos y leernos en el tejido del mundo, que es quedar, cada vez, escritos y leídos."


Y la escritora María Adela Renard sostiene: "Lucila Févola busca e interroga en incesante vaivén de giro circular, el campo indiviso de realidad-irrealidad inmerso en un espacio temporal pleno de misterio, que resiste toda intención mensurable."